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Naturaleza y cultura

El origen del ser humano

¿Somos animales? La respuesta parece clara desde un punto de vista biológico, pero si miramos un poco en lo que creemos que es nuestra 'esencia' quizás ya no lo tendremos tan claro. De entrada hay quien dirá que buscamos una vida placentera, tal como lo hacen el resto de animales. Es cierto que tenemos en común con ellos un cuerpo y similares motivaciones. Pero en muchas ocasiones nos apartamos del placer y de los instintos. Del mismo modo, a veces percibimos en los animales reacciones que nos parecen humanas. El debate oscilará probablemente entre lo que conservamos de animales y lo que nos hace diferentes al resto de animales conocidos.

De entrada sabemos que esas diferencias nos remiten a un largo proceso de evolución. No fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, sino que la diferencia entre los animales y los seres humanos es algo que ha ocurrido tras un periodo evolutivo en el que nuestra especie ha ido adquiriendo unas características especiales. La línea evolutiva que lleva a los mamíferos, incluyendo a los humanos, se separó de otros grupos de vertebrados en el pasado distante.

La vida y su evolución

En términos científicos, la vida se basa en procesos bioquímicos y estructuras celulares que permiten la existencia y persistencia de organismos. Así, La vida es un fenómeno biológico caracterizado por la capacidad de crecimiento, reproducción, adaptación al entorno y respuesta a estímulos. La adaptación al entorno implica que las especies no son realidades estáticas. Varían a lo largo del tiempo. La teoría evolutiva, propuesta principalmente por Charles Darwin en el siglo XIX, postula que las especies cambian a lo largo del tiempo a través de procesos como la selección natural y la herencia genética. La selección natural favorece la supervivencia de aquellos individuos con características beneficiosas para su entorno, lo que conduce a cambios en la población a lo largo de las generaciones. La herencia genética asegura que las características exitosas se transmitan a la descendencia. La teoría evolutiva es un marco fundamental en la biología que explica la diversidad de la vida en la Tierra.

La vida es un conjunto de características y procesos que distinguen a los seres vivos de la materia inerte. Los seres vivos nacen, crecen, se reproducen, responden a estímulos del entorno y tienen la capacidad de evolucionar a lo largo del tiempo.

Células. Desde el punto de vista biológico, la vida se basa en la existencia de células, que son las unidades fundamentales de todos los organismos. Estas células llevan a cabo funciones esenciales como el metabolismo (procesos químicos que permiten obtener y usar energía) y la homeostasis (capacidad de mantener un equilibrio interno estable).

Además, la vida está fundamentada en la información genética almacenada en el ADN, que permite la transmisión de características de una generación a otra. Desde una perspectiva más amplia, la vida es un fenómeno complejo que depende de la interacción entre la química, la física y la biología, y su origen y desarrollo han sido moldeados por la evolución a lo largo de miles de millones de años.

Latimeria Chalumnae, un sarcopterigio actual

Los sarcopterigios (hace 360 millones de años) fueron los primeros vertebrados que empezaron a adaptarse a la vida en tierra. Entre ellos destacan los Se trata de dos grupos de peces que jugaron un papel crucial en este proceso, desarrollando extremidades adaptadas para caminar sobre tierra. Esos tetrápodos primitivos son similares a los anfibios modernos (como salamandras, ranas y sapos, que aún dependen en gran medida del agua para reproducirse) y dieron lugar a los reptiles que desarrollaron adaptaciones que les permitieron vivir de manera más independiente del agua (impermeabilización de la piel, huevos resistentes a la desecación). Fue hace aproximadamente 320 millones de años, cuando en el linaje de los reptiles, surgió un grupo llamado sinápsidos, que marca el paso hacia los mamíferos. En un primer momento los cambios tenían relación en su esqueleto y postura (se hizo más erecta), actividad metabólica relacionada con la temperatura corporal, dientes y mandíbulas peculiares... Pero no fue hasta hace unos 200 millones de años cuando surgieron los primeros mamíferos verdaderos. Poseían glándulas mamarias, dientes diferenciados y una estructura más avanzada en el oído medio. Sin embargo, eran pequeños y generalmente nocturnos. A partir de ese momento se fueron diversificando adaptándose a diversos nichos ecológicos. Hace unos 100 millones de años aparecieron los primeros mamíferos placentarios ( una placenta más desarrollada, lo que permitía un desarrollo embrionario más prolongado dentro del útero, y eran capaces de dar a luz crías más desarrolladas). Los primates (el orden al que pertenecemos) surgieron más recientemente, hace aproximadamente 65 millones de años.

Periodo Concepto Aspectos notables
360m Sarcopterigios y tetrapodomorfos Sarcopterigios: peces de aletas lobuladas que dieron origen a los tetrapodomorfos: grupo de sarcopterigios más cercano a los vertebrados terrestres (tetrápodos).
200m Primeros mamíferos Instinto maternal? Uso instintivo de herramientas?
100m Mamíferos placentarios
65m Primates
6-7m Hominización Separación entre la línea evolutiva de los 'chimpancés' y la de los homínidos.

En este punto, antes de continuar con detalle el proceso evolutivo que conduce a la aparición de la especie humana, debemos explicar en qué consiste la evolución, deteniéndonos en las principales teorías que condujeron a la que predomina en la actualidad, la teoría sintética.

Los antecedentes: Lamarck y Cuvier

En 1809 Lamarck publicó su Filosofía zoológica. En ella nos explica su visión de cómo había tenido lugar la evolución de las especies. Su teoría recibe el nombre de 'transformismo':

1. La función crea el órgano Los animales pueden transformarse a lo largo de su vida debido a sus costumbres o modos de vida. En un animal que esté creciendo o en formación, el uso continuado y frecuente de un órgano provoca el fortalecimiento de dicho órgano, lo desarrolla y/o aumenta su tamaño. Por su parte, el desuso de un órgano lo debilita poco a poco, lo deteriora hasta que termina atrofiándose y desapareciendo. De este modo, no son los órganos los que determinan el comportamiento y la forma de vida posible de un organismo, sino que son las acciones lass que condicionan al órgano, hasta el punto incluso de llegar a causar su aparición si es necesario. Para Lamarck, primero es la actividad y después es el soporte material y orgánico de la misma. Esto es así en parte porque un organismo no puede prever las circunstancias que van a presentarse a lo largo de su vida (variaciones en el medio) ni, por tanto, las necesidades que va a tener a lo largo de su vida. El medio es variable e imprevisible a veces (sequías, catástrofes, etc.), eso hace que sea conveniente que los organismos posean una ‘ductilidad’ especial. Pero eso no es suficiente para explicar la evolución de las especies. Los caracteres adquiridos deben heredarse.

2. La herencia de los caracteres adquiridos. Si los caracteres adquiridos no se heredasen no habría ningún tipo de evolución. Por eso Lamarck considera que una vez que el uso o el desuso ha transformado alguna parte del cuerpo de un ser vivo los cambios (o caracteres adquiridos) pueden pasar por herencia a sus descendientes que, a su vez, seguirán sometidos a la misma dinámica evolutiva. Así, las pequeñas modificaciones se irán acumulando al ser trasmitidas de generación en generación.

Hasta principios del siglo XX no se empezó a desarrollar la genética, de manera que las ideas de Lamarck aún seguían presentes en el ambiente; incluso, como tendremos oportunidad de ver, se pueden descubrir atisbos de lamarckismo en Darwin. Pero la herencia de los caracteres adquiridos (el fenotipo), está descartada por la genética moderna. La información genética se transmite solo desde el material genético de las células hacia la constitución del organismo vivo. Nunca en sentido contrario.

3. Tendencia a la complejidad. Lamarck defendió también la existencia de cierto progreso en la evolución: la naturaleza comenzaba desde los seres más imperfectos y simples, e iba dando lugar a seres más perfectos, complicando gradualmente la organización de los seres vivos. Aquí hay una diferencia importante entre Lamarck y Darwin. Darwin rechazó la idea de que la evolución marcha hacia un cierto progreso.

La teoría de las transformaciones adaptativas heredadas no es suficiente para justificar el progreso en la evolución. Por mucho que los seres vivos se tuvieran que esforzar para adaptar sus cuerpos a los medios cambiantes, eso no justificaba que los seres vivos, a lo largo de todo ese proceso, se tuvieran que ir haciendo cada vez más y más complejos, con más funciones y más sofisticaciones; más bien incluso todo lo contrario: los seres vivos más simples serían los que menos problemas tendrían para adaptarse a medios muy variables, y en ellos se detendría la evolución, ante la falta de necesidad de transformarse. Así, Lamarck se vio obligado a añadir a su teoría la idea de que la naturaleza, per se, va produciendo cada vez organismos más complejos; Lamarck no explicó nunca cual era el motivo de esa tendencia perfectiva.

Dificultades. Una dificultad que hizo notar Darwin es que las adaptaciones de los animales a las condiciones de su medio eran en ocasiones tan sorprendentes y tan eficaces que difícilmente se podía pensar en que se debían a una necesidad que le había surgido al organismo en el desenvolvimiento de su vida.

De manera que, en definitiva, la evolución se explicaba en Lamarck por dos elementos que actuaban juntos: a) tendencia a la complejización y perfeccionamiento de los organismo; y b) modificaciones adaptativas de esos organismo sucesivamente más complejos a distintos medios.

Ingeniosa y sencilla, la teoría de Lamarck no tuvo éxito, y hoy no tiene más importancia que la de ser un precursor o antecedente de las teorías evolucionistas posteriores. Jacques Monod indicó que el problema de la teoría de Lamarck es que no deja lugar al azar, en ella todo es necesidad. Si aparece alguna característica nueva en un individuo, es porque ‘la necesita’, y no porque azarosamente haya aparecido. Sin embargo, visto desde otro punto de vista, si se puede considerar que hay azar en la teoría de Lamarck: el azar de la variabilidad de las condiciones ambientales a las que se tiene que enfrentar el ser vivo a lo largo de su vida individual.

George Cuvier: la teoría de las catástrofes y la anatomía comparada

En 1812, George Cuvier (1769-1832) publica Discurso sobre las revoluciones del globo. Estudiando yacimientos de fósiles le llamó la atención las diferencias de los fósiles que encontraba en los distintos estratos. Eso le llevó a su teoría de las catástrofes, que sostiene que la vida en la tierra se vio en el pasado sometida a catástrofes y cataclismos (inundaciones a gran escala, elevaciones sísmicas del fondo de los mares, etc.), en los cuales perecieron gran cantidad de seres vivos, llegando al exterminio de poblaciones enteras. Tras el cataclismo, nuevas poblaciones de seres vivos distintos llegan y se establecen en la zona. Eso explicaría los cambios bruscos en las series estratigráficas de fósiles. Los fósiles son ‘animales antidiluvianos’: es decir, anteriores al diluvio.

Cuvier, experto en la anatomía comparada (se deice que podía reconstruir el aspecto completo de un animal a partir de un solo hueso) considera que el cuerpo de un ser vivo es un todo integrado. Eso conduce al fijismo: si el cuerpo de un ser vivo es un todo integrado no pueden producirse microcambios porque el cambio de un órgano influiría en el cuerpo. Se produciría cierto desequilibrio. Así, Cuvier no aceptó el evolucionismo, se quedó en el fijismo de Linneo, pero sus estudios paleontológicos sirvieron luego a los defensores del evolucionismo.

El evolucionismo de Darwin

La vida del joven Charles Darwin (1809-1882) iba a cambiar radicalmente cuando, tras intentar estudiar medicina, se embarcó en el Beagle con 22 años. El barco zarpó de Devonport el 27 de diciembre de 1831, y regresó a Falmouth el 2 de octubre de 1836, tras cinco años de viaje científico alrededor del mundo. Darwin nos dejó una vívida narración de su aventura en Viaje de un naturalista alrededor del mundo.

Darwin llevó consigo numerosos libros, entre los que estaban los Principios de geología de Lyell, que sostenía que la geología de la tierra en el pasado tenía que explicarse conforme a los mismos fenómenos de la geología de la tierra actual (volcanes, aluviones, lluvias, vientos, terremotos,...).

A su regreso, Darwin continuó su trabajó, pero seguía sin encontrar la clave para una teoría de la evolución. Fue al leer los escritos de Malthus sobre la población cuando encontró la pieza que le faltaba. De ellos saco la idea de lucha por la supervivencia. Se trataba de ver que la idea pesimista de la dificultad extrema para conservarse con vida, y de la escasez de recursos en el medio son los motores de un proceso de selección.

En el verano de 1858, Alfred Russell Wallace (1823-1913), un joven naturalista que en aquel momento se encontraba en las islas Molucas, le envió un ensayo titulado Sobre la tendencia de las variedades a separarse indefinidamente del tipo original. En ese ensayo proponía una teoría semejante a la que el propio Darwin había estado pensando, aunque sin comunicarla todavía. Temiendo que Wallace se le pudiera adelantar, y bajo la presión de Lyell y del botánico Joseph D. Hooker, Darwin publicó en las Actas de la sociedad linneana de Londres, el ensayo de Wallace, y un resumen de sus propias ideas, junto con una carta dirigida al botánico norteamericano Asa Gray, fechada el 5 de septiembre de 1857, para probar que el había pensado esas ideas antes que Wallace. En 1859, Darwin entregó a la imprenta el trabajo que había estado realizando hasta ese momento: El origen de las especies mediante la selección natural. El éxito fue fulminante. Los 1250 ejemplares de la primera edición se agotaron el mismo día que se puso a la venta. La polémica vendría cuando se sugirió la aplicación de la teoría al hombre, como último eslabón del árbol de los simios.

Los elementos de la teoría de la evolución de Darwin

  1. Rechaza la teoría de Lamarck. Los individuos no tienen un papel activo en el proceso de evolución. Lo que hagan o dejen de hacer no influye en los cambios morfológicos que pueda sufrir esa especie en sucesivas generaciones.
    1. Hay una lucha por la supervivencia. Darwin considera que los recursos que ofrece el medio a un ser vivo para sobrevivir son escasos. En casi todas las especies el número de individuos que sobreviven y llegan a la edad reproductora es pequeño en comparación con el número de inviduos nacidos. Hay una destrucción masiva de la mayoría de los seres vivos nacidos. Existe una presión natural sobre los seres vivos, (similar a la que artificialmente ejerce un criador para seleccionar aquellas variantes que le resultan útiles).
  2. Todos los individuos son diferentes (con la excepción de los gemelos univitelinos), sus diferencias se producen modificaciones aleatorias, por azar, y se trasmiten de generación en generación. Darwin estaba trabajando sin una teoría de herencia o de genética. Podía haber llegado a conocer las ideas de Mendel, ya que se publicaron en 1865, pero Mendel y sus guisantes habían pasado completamente desapercibidos para la comunidad científica, y Darwin no conocía dichas ideas.
  3. La continua presencia de pequeñas variaciones entre individuo e individuo, junto con la continua presión de la escasez del medio, da lugar a largo plazo a una selección natural de aquellas variaciones que se han demostrado más útiles para supervivencia en ese entorno. La idea de que los individuos débiles son eliminados no era nueva; otros autores como Patrick Matthew y Edward Blyth la habían propuesto anteriormente. La diferencia es que para ellos se trataba de una mera fuerza negativa, de eliminación de los débiles y malos; mientras que ahora para Darwin y Wallace, esa eliminación de los débiles adquiría un componente positivo, de conformación adaptativa de las especies.
  4. La evolución natural no tiene propósito, no sigue un fin preestablecido ni se dirige de hacia ninguna perfección, es solo un mecanismo que facilita la supervivencia de una especie en su entorno. Y las especies que lo consiguen son igualmente perfectas, están adaptadas a su entorno igual de bien. No hay ‘cambio a mejor’, sino meramente ‘cambio’. De hecho, las bacterias podrían ser evolutivamente 'más perfectas' que los humanos por la habilidad que demuestran a sobrevivir en las más variadas condiciones.

Darwin nunca se deshizo en su teoría del todo de restos lamarckistas, pues pensaba que las variaciones que se producían en los individuos, si bien no habían sido provocadas por necesidades descubiertas por el individuo en su experiencia de vida en el medio ambiente, si que se producian por algún tipo de influencia del medio (y no, como ahora se piensa, por puras mutaciones al azar).

Pruebas del evolucionismo de Darwin

En el Origen de las especies, Darwin enumera cinco hechos que abogan a favor de su teoría. Son los siguientes:

  1. La crianza selectiva de animales y plantas. EL ser humano ya venía combinando individuos con vistas a la creación de razas útiles al ser humano.
  2. La distribución geográfica de las variantes de las especies. Al llegar a las islas Galápagos, Darwin tenía claro que era necesario elaborar alguna teoría evolucionista; allí le llamaron la atención las diferencias mínimas en los picos de cierta especie de pinzones según las islas.
  3. Pruebas aportadas por las colecciones de fósiles que se empezaban a conocer en aquella época.
  4. La ‘afinidad recíproca entre los seres vivos’. La clasificación jerárquica arbórea sugería el conjunto de animales o plantas, clasificación que ponía en serios aprietos a los creacionistas.
  5. Embriología y los órganos rudimentarios: algunos órganos parecen ser vestigios: de acuerdo con las teorías de la evolución, estos órganos (como los diminutos huesos de miembros ocultos de las ballenas) son un ‘recuerdo’ o secuela de los miembros o patas que utilizaban para caminar sus antecesores terrestres.

Ramas evolutivas

¿Se han extinguido todas las especies que nos precedieron en nuestra historia evolutiva? No resulta fácil responder a esta pregunta. Las especies que formaron la cadena estricta de ancestros directos de homo sapiens sí están extinguidas. Ningún antepasado directo —como Australopithecus afarensis, Homo habilis, Homo erectus, etc.— lo mismo ocurre con otras especies estrechamente emparentadas con nuestra línea (como los neandertales). Eso no impide que haya especies anteriores que de alguna manera sigan existiendo en la actualidad. La evolución funciona a través de procesos de ramificación, es decir, las nuevas especies surgen a través de grupos de individuos de una especie que quedan aislados y evolucionan por su cuenta. Si vemos el siguiente esquema, podemos entender este proceso de manera muy simplificada: De una especie A surge otra, B, que sigue evolucionando por su cuenta y da lugar (justo antes de extinguirse) a una tercera, C, que llega hasta la actualidad. Vemos que en el presente pueden coexistir dos especies emparentadas (A y C) incluso si las especies intermedias en la cadena evolutiva se han extinguido.

La antropogénesis: el proceso de hominización

[LDM] La evolución de estos se subdividirá (aprox. 5 millones de años) en los póngidos (orangután, gorila, chimpancé y bonobo) y los homínidos que concluye con el actual Homo sapiens (aprox. 150.000 años).

Etapa / especie aproximada Fecha aproximada Rasgos evolutivos clave
Australopithecus afarensis 3,9–2,9M Bipedestación plena; pelvis y fémur adaptados a marcha erguida; cráneo pequeño.
Homo habilis 2,4–1,6M Aumento del tamaño cerebral (~600–700 cc); primeras herramientas líticas Olduvayenses; mayor flexibilidad ecológica. Estos primeros homínidos eran principalmente recolectores y cazadores.
Homo erectus / H. ergaster 1,9 Ma – 300k Cerebro ~800–1000 cc; control sistemático del fuego; dispersión fuera de África; tecnología Achelense.
Homo heidelbergensis 600–300k Cerebro ~1100–1300 cc; caza cooperativa organizada; refugios simples; posible protolenguaje avanzado.
Homo neanderthalensis 400–40k Adaptaciones al clima frío; industria Musteriense; enterramientos; complejidad simbólica inicial.
Primeros Homo sapiens arcaicos 300–200k Anatomía moderna temprana; encefalización (~1350 cc); herramientas más variadas y especializadas.
Homo sapiens moderno 200–50.000 Lenguaje plenamente articulado; pensamiento simbólico; arte rupestre; redes sociales extensas.
Revolución cognitiva / Paleolítico 70–30.000 Innovación acelerada; ornamentos, arte figurativo, expansión global; planificación y cooperación a gran escala. — Las esculturas, pinturas y grabados en hueso y marfil, como las encontradas en sitios como Lascaux.
Neolítico 12–6.000 Agricultura y sedentarización; domesticación de plantas y animales; aumento demográfico.
Edad de los Metales 6–3.000 Especialización artesanal. Jerarquías complejas. Escritura. Desarrollo urbano.
Revoluciones científicas y técnicas Últimos 500 años Método científico; industrialización; tecnologías energéticas y médicas; alfabetización masiva.
Revolución digital y biotecnológica Últimos 70 años Computación, internet, IA, ingeniería genética, globalización cultural y económica.

La antropogénesis o proceso de hominización es el itinerario evolutivo que condujo a la aparición de la especie humana tal como la conocemos en la actualidad. Se trata de un conjunto de cambios fisiológicos, psicológicos y sociales que comenzaría de una línea evolutiva que diverge de los simios desde tiempos remotos. Dos factores fueron determinantes: la bipedestación (la posibilidad de caminar a dos patas) y la encefalización (el aumento de la capacidad cerebral). ¿Pero cómo fue posible esto? ¿Fueron los únicos factores clave?

  1. La bipedestación. La capacidad de caminar sobre dos extremidades fue crucial en la evolución humana. La posición erguida: el bipedismo provocó un mayor campo de visión y la liberación de la mano. Permitió el uso eficiente de las extremidades superiores para manipular herramientas y desarrollar habilidades cognitivas avanzadas, contribuyendo al éxito adaptativo de nuestra especie. La posición vertical liberó las manos para actividades complejas, favoreciendo el desarrollo de la inteligencia y la capacidad para crear y utilizar herramientas, lo que ha sido fundamental en la evolución humana. En este proceso fue también importante la propia morfología de la mano, que al presentar el pulgar 'oponible' (que puede tocar el resto de dedos) incrementa su capacidad prensil y la manipulación y fabricación de objetos.
  2. Encefalización. El aumento de la inteligencia fue parejo y tuvo relación directa con otra de las características fundamentales que nos definen como especie: el lenguaje articulado. El ser humano tiene el mayor índice de encefalización (relación entre el peso del cerebro y el peso del cuerpo) y esto juega un papel fundamental en el surgimiento de la cultura.
  3. Las herramientas. Las herramientas no son algo exclusivo de los seres humanos. Los mamíferos usan herramientas, vemos a los actuales, pero no podemos asegurar cuándo comenzaron a ser usadas por primera vez. El registro fósil no proporciona información detallada sobre cuándo exactamente los mamíferos comenzaron a usar herramientas, ya que las herramientas en sí mismas son raramente conservadas en el registro arqueológico (no tienen una forma especial, pues no estamos hablando de herramientas fabricadas). Inicio de uso de herramientas es inicio de tecnología.
  4. El lenguaje y la vida social. Se menciona con frecuencia que el ser humano es un animal racional. La razón depende casi en toda su naturaleza de la existencia de un lenguaje articulado. Solemos mencionar en ese punto que somos animales racionales, dotados de lenguaje, como si el logos que vimos en el primer tema fuese nuestra esencia. La base de ese logos es el lenguaje articulado. Podemos juntar palabras de múltiples maneras para expresar cosas nuevas y diferentes. Los lenguajes animales son, en el mejor de los casos, muy rudimentarios. Tan rudimentarios que no les permiten organizar su actividad de forma diferente. La comunicación que transmiten unas expresiones es siempre la misma. Por eso se considera que la conducta social animal viene determinada por sus instintos, por las pautas transmitidas genéticamente, no por el aprendizaje. En el ser humano la conducta social depende sobre todo del aprendizaje.
  5. El arte. Georges Bataille señala relaciona el origen del ser humano con el origen del arte, lo hace situándolo en Lascaux.
  6. El desarrollo de la sociabilidad: el proceso de crecimiento y maduración (ontogénesis) del hombre es muy lento, y la cooperación es necesaria para su supervivencia.

El ser humano ha ido descubriéndose a sí mismo a lo largo de la historia. Ha ido creando diversas concepciones de sí mismo. Muchos humanos con lenguaje y herramientas no se concebían a sí mismos como algo diferentes a los animales. Una vez adquirimos esos rasgos que nos hacen humanos comenzamos a elaborar una imagen de nosotros frente al mundo. Hubo un largo periodo en el que los seres humanos, dentro de su proceso de diferenciación, se sentían iguales a otros animales. En un momento cuando aún no existía la palabra animal. O cuando esa palabra animal aún no se oponía a ser humano. El ser humano se ha concebido siempre en torno a las facultades que cree que son características. La razón, que le hace entender el mundo y controlarlo; la memoria, que le convierte en un ser histórico; y la imaginación, que le convierte en un ser artista, en un creador. Quizás deberíamos añadir el sentimiento, que nos convierte en seres morales. ¿Eso significa que nos hemos desligado por completo de la naturaleza?

Resulta imposible responder a esta pregunta sin plantear un debate que está lejos de agotarse.

El debate: naturaleza y/o cultura

Tras repasar los inicios biológicos de nuestra especie y ver que el ser humano procede de la evolución de los primates nos encontramos con una pregunta crucial: ¿en qué medida y hasta qué punto puede decirse que la especie humana es una especie 'animal'? La hominización dio paso a la evolución cultural o proceso de humanización. Este proceso supone que la herencia que permite la adaptación al medio ya no es biológica. Nuestra adaptación no se basa tanto en nuestros caracteres biológicos o fenotipo. El cuerpo para un ser humano es esencial no tanto porque pueda realizar unas funciones naturales, sino por ser capaz de 'aprender' y lo relevante, evolutivamente hablando, es lo que aprende y lo que transmite directa o indirectamente a las generaciones posteriores. El lenguaje facilita la coordinación social, el surgimiento de instituciones y clases sociales diferenciadas, el pensamiento abstracto. El lenguaje es la base de la técnica, que es el modo en el que nos enfrentamos físicamente al mundo. La especie humana se adapta a la naturaleza transformándola y transformándonos (ej. inmunización mediante vacunas). Podemos hablar de una cultura material e intelectual que se transmitirá de generación en generación.

Volvox: transición desde formas unicelulares hacia organismos pluricelulares organizados.

Algunas ideas para continuar el debate:

  • Puede pensarse que seguimos siendo 'animales', pues esa es nuestra naturaleza biológica. Las necesidades biológicas y los instintos tienen un peso determinante en nuestra conducta.
  • Al mismo tiempo podemos considerar roto el vínculo material. Nuestro entorno inmediato es fundamentalmente social, tecnológico, artificial. Ya no estamos en contacto directo con la naturaleza. Somos, por tanto, una especie plenamente cultural, siendo la cultura como una especie de capa que nos separa de la naturaleza, regulando colectivamente las relaciones que establecemos con la misma (a través de la tecnología, fundamentalmente)

Podemos tener claro que el ser humano es un ser natural, pero ¿tiene una naturaleza dada? Múltiples filósofos creen que el proceso de evolución cultural hace que el ser humano se distancie y se independice de sus raíces materiales. Para filósofos como Ortega el ser humano no tiene naturaleza, tiene historia. Eso es algo similar a decir que nuestra faceta esencial es la cultural y que, las culturas evolucionan y se diferencian entre sí. Para un existencialista ocurre algo similar: lo que nos define no es la especie, sino las decisiones individuales que tomamos a lo largo de la vida. Frente a ello, autores como Mosterín siguen pensando que —por debajo de estas diferencias culturales o individuales— es siempre posible definir una esencia natural. El propio genoma dicta sus normas y establece los límites naturales de lo que podemos o no hacer, de lo que podemos o no vivir. Las teorías que dicen que nuestra mente viene 'en blanco' al mundo se encuentran con la dificultad de explicar múltiples aspectos de nuestra conducta (en particular la adquisición del lenguaje).

Orden social

Sociedades humanas y animales. En el proceso evolutivo parece existir una tendencia natural a la creación de orden colectivo. Hemos hablado de sociedad, economía… nociones que se ajustan muy bien a las sociedades que conocemos. Pero no podemos olvidar que el ser humano no es el único ser social. En ocasiones podemos incluso remitirnos a agrupaciones de seres microscópicos que, vivendo juntos, aumentan sus posibilidades de supervivencia. Si llevamos nuestra reflexión hasta los estratos más simples encontramos casos como el del alga volvox, clave para entender la transición desde formas unicelulares hacia organismos pluricelulares organizados. Presenta dos tipos celulares diferenciados, que son un paso hacia la especialización funcional celular, observándose cómo la evolución actúa a dos niveles (individual y de grupo). En muchas especies existe una clara diferenciación de roles. Por ejemplo, en las abejas o en las hormigas dentro de una misma comunidad (hormiguero o colmenta) habitan diversos tipos de individuos (reinas, zánganos, etc.).. Tenemos, mucho más cerca de nosotros, agrupaciones de primates. Por nuestra cercanía genética con estos animales podemos decir que podemos identificarnos o entender algunas de las dinámicas sociales que se producen dentro de estos grupos.

La sociedad humana. Se caracteriza por ser histórica. El proceso evolutivo ya no es tanto biológico como cultural. La adaptación no depende de la herencia biológica, sino de la herencia cultural. No sobreviven solamente los individuos mejor adaptados biológicamente, sino esos cuya cultura les permite afrontar los cambios. ¿Qué tipo de cambios? Sí, cambios en el entorno material, en el medio ambiente.

La cultura es una forma de adaptación colectiva, es como un cuerpo social.

Las dos culturas. A partir del siglo XVIII se acentúa una dicotomía que parece ser pervasiva en occidente. Es como si el ser humano se encontrase dividido entre dos formas de plantear su existencia en la realidad. Una orientación científica, que nos lleva a buscar el bienestar a través del conocimiento objetivo y sus aplicaciones. Una visión humanista, que considera que la realización del ser humano no depende tanto del bienestar material como de las condiciones ‘espirituales’ de la época. Visto el triunfo de las ciencias en múltiples campos, la solidez del avance científico, los filósofos positivistas intentaron definir la filosofía al modelo de rigor científico. Frente a esa visión ha habido corrientes críticas,

Diversidad cultural y globalización.

Contagio Cultural. (contacto / proximidad) medios de comunicación → acaban aislamiento = convergencia cultural sin precedentes. Incorporación de elementos culturales cuando son útiles. Cada vez son + parecidas las culturas humanas.

Sin embargo pueden identificarse varias posturas ante la diversidad cultural:

  • Etnocentrismo. Juzgar demás culturas desde la propia (mejor, + natural, + humana) se desprecia / critica culturas diferentes → imperialismo / colonización.
  • Xenofobia. desprecio/ rechazo ante extranjero, diferente o extraño: x miedo/ ignorancia
  • Racismo. afirma desigualdad entre razas (sustenta superioridad de unas sobre otras) doctrina racista → explotación / exterminio ciertas razas. Ejemplos: KKK, Nazismo, Apartheid.
  • Relativismo cultural. Considera imposible comparar / evaluar características de distintas culturas → cada cultura tiene valor en sí misma (inconveniente: pasividad ante lo inhumano)

Movimientos antiglobalización. Para Aristóteles los seres humanos viven juntos en vista a algo que les parece bien. En una empresa los trabajadores intentan que tenga beneficios, por ejemplo. Aristóteles también señalaba que la forma de asociación más importante debería ocuparse del bien más importante, la felicidad. Sin embargo, en un mundo globalizado como el nuestro hay quienes consideran que la globalización no busca la felicidad de la gente sino el su simple sometimiento al sistema capitalista.

El ser humano es un ser social. Somos sociales de muchas maneras y a muchos niveles. Hacer una exposición completa de todas las dimensiones de la vida social sería algo imposible, pero podemos señalar algunas de las formas fundamentales de la vida en sociedad:

  1. Economía/política. Vivimos juntos para realizar proyectos que aumentan el bienestar, que contribuyen al progreso de la humanidad de diferentes maneras: por un lado hay proyectos que facilitan la supervivencia y aumentan el bienestar de los individuos (mejor alimentación, salud, cobijo, por ejemplo), pero por otro lado también hay proyectos que aumentan nuestra plenitud espiritual (las obras culturales por ejemplo). En este nivel tenemos dos conceptos que son muy importantes a la hora de entender cómo funciona la sociedad: (a) roles, que son los papeles especializados que daca uno desempeña en un contexto y (b) estatus, que es el lugar que opcupa una persona en una jerarquía de poder, popularidad, carisma, etc.