Glosario
Estética. Rama de la filosofía que estudia la belleza y las formas de experiencia particulares que nos producen las obras de arte.
Estética de la recepción. [ Rezeptionstheorie ] Corriente de pensamiento que estudia la prioridad hermenéutica del espectador. Esto quiere decir que lo fundamental en la experiencia del arte no es tanto lo que los creadores quieren transmitir o expresar como lo que los espectadores o lectores son capaces de sentir ante una obra o conjunto de obras. No es solo una cuestión de capacidades, se trata de algo en lo que también influyen nuestros valores o expectativas (que pueden quedar satisfechas, modificadas o permanecer insatisfechas).
Experiencia estética. Es un tipo especial de experiencia que nos producen algunos objetos que no han sido creados con un fin práctico concreto, tanto por ellos mismos o por alguna característica que no tiene una función clara. En su versión más simple la experiencia estética suele asociarse a su valor decorativo, pero se trata de una experiencia que va más allá de lo que nos 'gusta' contemplar. La experiencia estética es una experiencia compleja en la que se mezclan reacciones emocionales e intelectuales de carácter homogéneo porque en los objetos estéticos operan diferentes modos de significar. Por ejemplo, además de su valor decorativo, una obra de arte puede ilustrar una narración religiosa o mitológica. Su finalidad fundamental es la de hacernos sentir o pensar de un modo diferente al habitual. Los seres naturales también pueden ser experimentados estéticamente, sobre todo cuando nuestra sensibilidad nos permite sentirlos bellos o sublimes, pero no hay un consenso total acerca de este punto, pues filósofos como Hegel se negaron a ponerlos a la misma altura que las creaciones humanas, al ser estas últimas más claramente productos de lo que él llamaba el Espíritu Absoluto.
Gusto. El debate sobre el gusto es un tema central en la filosofía del arte y la estética. Se refiere a los criterios o estándares podemos usar para juzgar la belleza y el valor estético de una obra de arte, en particular esos que no sabemos o no podemos explicar o justificar con algumentos. Desde la antigüedad se ha debatido si el gusto es subjetivo o si hay criterios objetivos para evaluar el arte. Los relativistas estético sostienen que el gusto y la apreciación del arte son subjetivos y varían de una persona a otra. Según esta visión, no hay criterios universales o absolutos para juzgar la belleza, y cada individuo tiene derecho a su propia opinión. Por otro lado, el objetivismo estético argumenta que hay criterios objetivos o principios universales que pueden aplicarse para juzgar el arte. Según esta visión, existen estándares estéticos fundamentales que trascienden las preferencias personales y que se basan en la calidad formal, la ejecución técnica, la originalidad, la expresión emocional, entre otros. Dentro del debate sobre el gusto, también se discute el papel de la educación y la experiencia en la formación del juicio estético. Algunos sostienen que el gusto se puede cultivar y desarrollar a través de la exposición a diferentes formas de arte y la adquisición de conocimientos sobre la historia y la teoría del arte (hasta llegar a tener ojos expertos, eruditos oculus, según Cicerón, en: Paradoxa V 2, 38.). Otros argumentan que el gusto no puede ser enseñado y que es una cuestión de preferencia personal arraigada en la individualidad de cada persona. Así vemos que el debate sobre el gusto en estética es complejo y multidimensional, y no existe ni parece que pueda existir un consenso definitivo al respecto. Las perspectivas subjetivas y objetivas pueden coexistir, y la apreciación del arte puede basarse tanto en criterios personales como en elementos objetivos.
Juicio estético. Expresión mediante la cual asignamos un cierto valor a una obra de arte, señalando habitualmente también las razones que nos han conducido también a dicha valoración.
Mímesis. El concepto de mímesis en arte y estética se remonta a la antigua Grecia y ha sido una cuestión central en la teoría del arte a lo largo de la historia. La mímesis se refiere a la imitación o representación de la realidad en el arte, es decir, la capacidad del arte para imitar, reflejar o representar el mundo tal como es. En la filosofía griega, especialmente en los escritos de Platón y Aristóteles, la mímesis se discutió en relación con la naturaleza del arte y su relación con la verdad. Platón consideraba que el arte era una mera copia de las ideas perfectas y que, por lo tanto, era una imitación inferior de la realidad. Según él, el arte podía engañar a las personas y alejarlas de la verdad. Por otro lado, Aristóteles consideraba que la mímesis era esencial para el arte y que era a través de la representación de la realidad que el arte podía revelar verdades universales sobre la naturaleza humana. En la estética moderna, el concepto de mímesis ha sido objeto de diversas interpretaciones y críticas. Algunos teóricos argumentan que el arte no debe limitarse a la mera imitación de la realidad, sino que debe ser una forma de expresión individual y creativa. Para ellos, la mímesis puede ser vista como una limitación del potencial artístico y de la originalidad. Otros teóricos consideran que la mímesis no se trata simplemente de imitar la realidad tal cual, sino que implica una interpretación y representación selectiva de la realidad. El arte puede capturar aspectos de la realidad, pero también puede transformarlos, destacar ciertos elementos o crear nuevas realidades.
Posmodernismo. Corriente predominante en las artes y el pensamiento desde los años 80 del siglo XX. Se caracteriza por: (a) Apropiacionismo: Recuperación irónica de elementos de estilos clásicos y modernos. (b) Inclusión de códigos referentes a otras disciplinas o campos de realidad. (c) Usar una lógica interpretativa abierta, con tendencia a la dispersión. (d) Cierto gusto por una lógica barroca de la representación de la representación (el teatro dentro del teatro, novela dentro de la novela, pintura dentro de la pintura, el marco como parte de la obra). (e) Sensibilidad a otredad y manifestaciones culturales de minorías y grupos excluidos. (f) Ironía y humor. • Críticas al posmodernismo: pastiche, lógica creativa mermente combinatoria, relativismo.
Símbolo. Del griego [...] que era un objeto partido en dos mitades que servían de señales de reconocimiento. De aquí se derivan numerosos significados, siendo el más relevante el de una representación sensible que evoca por analogía o contigüidad un ser espiritual. Los símbolos tienen un papel importante en gran cantidad de campos (del religioso al psicológico). En el estético tenemos que tener en cuenta que el símbolo no debe confundirse con el signo, ya que el primero no es convencional, ni intelectual, sino la llamada de la imaginación sensible hacia una espiritual que él sugiere sin significarla; así pues, se diferencia de la alegoría en que el símbolo no es una idea bajo una apariencia concreta, sino que evoca otro ser distinto de él mismo. No es una figura, porque, al contrario que la relación entre el sentido propio y el figurado, la apariencia sensible del símbolo es secundaria con relación a su idea y se cita a través de ella.
Hay obras de arte que están cargadas de símbolos. La presencia de símbolos en obras de arte sitúa a las obras en un doble plano, el del símbolo como ser sensible y el de los seres espirituales que evoca. No se puede comprender la riqueza de estas obras si no se es sensible a esta dualidad.
Una vanidad* no es sólo una naturaleza muerta, la
Melencolía (sic) de Durero no se rodea de un simple batiburrillo de herramientas e instrumentos.
Forma parte de la misma esencia de la obra que lo sensible sea en ella como transparente y que deja entrever realidades distintas, superiores o más pro-fundas.
III - Esta relación, jerárquica en realidad, entre el símbolo y lo que simboliza excluye que el símbolo le sea totalmente adecuado y la traduzca completamente. La obra de arte simbólica es, en ese caso, una abertura hacia lo que no está indicado de manera explícita en ella, lo que le confiere una especie de halo espiritual o de aureola.
IV - Es por eso que no puede existir un código absoluto y que no varíe juntando término con término el símbolo y lo que simboliza; tal símbolo que quiere decir tal idea y sólo esa idea. Por otro lado, el símbolo se apoya en algunas caracteristi-cas del objeto sensible que le hacen parecerse, en ciertos aspectos, a lo que simboliza, o a lo que forma parte de ello. Ahora bien, como señala San Agustín en su De doctrina christiana, el objeto sensible posee numerosos rasgos de los que el símbolo sólo contiene unos cuantos. Así pues, puede tener unos u otros. Igualmente, un mismo simbolo puede simbolizar las ideas o seres más diversos, incluso contradictorios: el león puede ser el símbolo de Cristo o del Diablo. Algunas cos-tumbres, tradiciones propias de diferentes civi-lizaciones, etc., ponen el acento sobre ciertos aspectos del símbolo y la asocian preferentemente con ambientes afectivos, pero uno se arriesga a ser despreciado si emplea estas uniones para establecer relaciones absolutas: el murciélago, símbolo nocturno y diabólico en Occidente, es para el Extremo Oriente símbolo de la felicidad conyugal.
El uso artístico de los símbolos puede ser muy variado, hasta en su valor. Diderot declaraba que el símbolo es frío, «de un frío insípido y mortal». Hay que reconocer que por entonces el símbolo en pintura estaba estereotipado en multitud de casos, y era más bien una especie de accesorio señalador. Chateaubriand lo cree de naturaleza divina «dejando siempre adivinar algo», y que trabaja con el infinito, lo que no ocurre, desde luego, en los cuadros del Salón de 1767 a los que se refiere. Por tanto, el uso del símbolo no permite que se prejuzgue a partir de él un valor estético, ya que el artista que lo usa puede ser o no capaz de hacer manifiesto y evidente una presencia latente más elevada que el objeto sensible, un mensaje que no se puede reducir a una simple transcripción. [Fuente principal: Diccionario Akal de Estética, modificado]
Subjetivismo y relativismo estéticos.
Vanguardia. La vanguardia artística es un término utilizado para describir movimientos artísticos que surgieron principalmente a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Estos movimientos se caracterizaron por su ruptura con las convenciones tradicionales del arte y su búsqueda de nuevas formas de expresión. La vanguardia artística se caracterizó por su espíritu innovador, experimental y provocador. Los artistas vanguardistas buscaban desafiar las normas establecidas, romper con las convenciones académicas y explorar nuevas ideas y técnicas. Abrazaron la idea de que el arte debía ser una fuerza transformadora y revolucionaria en la sociedad. Algunos de los movimientos vanguardistas más conocidos son el cubismo, el futurismo, el dadaísmo, el surrealismo y el expresionismo. Cada uno de estos movimientos artísticos tenía su propia estética, filosofía y enfoque particular, pero todos compartían la voluntad de romper con las formas tradicionales de hacer arte. La vanguardia artística abrió el camino a nuevas formas de expresión y exploró la relación entre el arte y la sociedad. También desafió las nociones establecidas de belleza, composición y representación, y exploró temas como la fragmentación, el subconsciente, la abstracción y la experimentación con materiales y técnicas. Aunque los movimientos de vanguardia artística surgieron hace más de un siglo, su influencia sigue siendo evidente en el arte contemporáneo. La vanguardia artística sentó las bases para la experimentación artística y fomentó la idea de que el arte puede ser un medio para cuestionar, reflexionar y transformar el mundo que nos rodea.