¿Qué es real?

Conceptos fundamentaes. Metafísica • Ser • Realidad • Apariencia • Materia • Espíritu • Unidad/dualidad • Multiplicidad o pluralidad • Devenir • Necesidad • Contingencia • Accidentes • Trascendencia • Categorías • Materialismo • Idealismo • Existencialismo

¿Qué es la metafísica?

Es la rama de la filosofía que trata de esclarecer la naturaleza o el sentido de la realidad última, lo que existe con un mayor grado de radicalidad o en un grado máximo de generalidad. Se pregunta qué es ser o qué es el ser. En qué se diferencia el ser respecto a la nada.

Por eso la metafísica no suele ocuparse de los seres en particular, solo interesan de cara a indagar qué es eso que tienen en común. De hecho, muchas veces se considera que la metafísica es la rama de la filosofía que estudia aquella parte de la realidad que no puede ser objeto de experiencia sensible.

Generalmente los filósofos que se han acercado a estos problemas los han enfocado desde pares de conceptos contrapuestos.

Realidad objetiva o subjetiva

Convivimos con dos nociones de realidad que en ocasiones son contrapuestas. A veces pensamos en la realidad como algo objetivo, como algo que tiene una existencia y unas propiedades concretas al margen de nuestra mentes. En otras ocasiones damos más importancia a nuestra perspectiva y consideramos que la realidad es subjetiva.

Tendemos a pensar que ciertos productos culturales depende de cómo hemos sido educados. Pero también hay filósofos que creen que pueden llegar a definir con cierta objetividad lo que es bueno o malo. Cuando estamos estudiando una ciencia 'dura' como la física, parece que queda menos margen para decir que la realidad es algo subjetivo.

¿Pero de qué depende la objetividad de nuestra concepción de la realidad? Tenemos dos respuestas posibles: la objetividad puede darse si nuestro pensamiento logra conocer 'las cosas como son', pero también puede ocurrir que basemos la objetividad del conocimiento en el consenso que podamos lograr sobre algo.

A este respecto es importante recordar la postura de Kant, que consideraba que no podemos conocer la realidad tal como es. Nuestra sensibilidad organiza el caos de sensaciones 'a su manera', pero esa manera es común a todos los seres humanos. De ahí que pueda haber una ciencia, ya que todos percibimos las cosas gracias a que tenemos unas facultades comunes.

El ser

Para abordar dilemas como el del barco de Teseo la metafísica utiliza distintos conceptos. Dadas las dificultades y paradojas que se presentan en estos temas, es habitual encontrarnos con parejas de conceptos que apuntan en sentidos contrarios

  • Cambio y permanencia
  • Unidad y pluralidad
  • Necesidad y contingencia
  • Realidad y apariencia
  • Esencia y existencia
  • Pensamiento (o alma) y materia

Hay conceptos importantes, como el de ser, que por su riqueza y complejidad no parecen tener un ‘contrario’ claro (podríamos pensar que es la nada, pero hay filósofos como Heidegger que consideran que la nada en cierto modo también existe).

El de ser es un concepto que sobresale de modo particular, pero como es sabidp también es un término habitual en el lenguaje cotidiano, donde puede funcionar como verbo y sustantivo.

  • a. Como verbo:
    • Función atributiva: asigna un determinado predicado o propiedad a un sujeto (Ana es alta).
    • Función existencial: no se dice nada del sujeto, se usa para enfatizar que algo existe (Las cosas son)
  • Como sustantivo:
    • “Un ser”, equivalente a cosa, a individuo, a algo. Es prácticamente lo mismo que decir “Un ente”
    • “El ser”, para referirnos a eso que tienen el común todas las cosas que existen.

Analogía: debemos darnos cuenta de que son sentidos diferentes, pero relacionados. No son usos unívocos (mismo significado) ni equívocos (significados sin relación entre sí).

Las categorías o modos de ser

Cuando Aristóteles se pregunta por el ser se da cuenta de que 'ser' es una palabra que podemos usar de muchas maneras. No es lo mismo decir que 'el árbol es', que decir que 'el árbol es alto'. En el primer caso simplemente queremos decir que existe, mientras que en el segundo estamos predicando una característica.

Pues bien, Aristóteles considera que hay 10 categorías, cada una de ellas se corresponde con los tipos de cosas que pueden predicarse.

Sustancia. La más importante de las categorías es la sustancia. Sustancia es:

  • Eso de lo cual predicamos algo.
  • Lo que permanece cuando se producen cambios.
  • Lo que es por sí mismo y no necesita de otra cosa para existir.

Accidentes. El resto de categorías se corresponde con lo que Aristóteles llama accidentes. Los accidentes no existen por sí mismos, sino que necesitan predicarse de una sustancia. Hay nueve tipos de accidentes, los cuales se corresponden con las restantes categorías.

Kant. Siglos después, Kant nos ofrece una lista de categorías muy parecida a la de Aristóteles. La gran diferencia entre Aristóteles y Kant es que para Kant las categorías no son características de la realidad, sino que son los modos mediante los que nuestra mente encuentra relaciones entre los fenómenos que percibimos.

Sustancia, esencia y accidentes

El concepto de ser parece señalar de alguna manera a todo lo que existe. ¿Pero qué es lo que existe? Es difícil precisarlo, pero para poder realizar análisis más profundos y detallados los filósofos han utilizado términos con un significado similar, pero con matices más precisos. El más importante de ellos es el de sustancia.

Etimológicamente, el término sustancia o substamcia nos remote a sub-stare, a lo que está debajo, lo que es soporte o fundamento de algo. Es algo que nos resulta familiar, de algún modo la sustancia de un caldo o una sopa es lo que le da sabor y nutrientes al agua y hace que sea un alimento.

Si tenemos que poner un punto de referencia familiar recurriendo al lenguaje habitual, generalmente las sustancias son aquellos sujetos de los que se predica algo (sus propiedades, sus acciones...):

Tenemos que precisar lo anterior de manera un poco más filosófica lo anterior. Así tendremos las dos definiciones más habituales de sustancia:

  • De ese sujeto entendemos que es algo que no cambia aunque cambien algunas de sus propiedades.
  • El sujeto existe de modo independiente: no necesita de otra cosa para existir (las propiedades sí: p.ej. el color rojo no se da por sí mismo en la naturaleza, necesita que haya cosas rojas para existir).

El problema del cambio y la esencia. Ya con estos conceptos nos acercamos a la idea de que para que haya sustancias tiene que, pese al cambio, tiene que haber algo invariable o constante para que las cosas existan.

Si todo cambiase en todo momento no podríamos hablar de seres concretos. Esto solo es posible si hay algún tipo de propiedades que se mantienen inalteradas en los distintos procesos de cambio. Estas propiedades están relacionadas con lo que en filosofía recibe el nombre de esencia.

Si una sustancia es aquello que no necesita de otra cosa para existir, la esencia es:

(1) El conjunto de propiedades que no pueden cambiar sin que cambie esa sustancia. (2) Lo que constituye la respuesta a la pregunta ‘¿Qué es?’.

Problema: Puede haber muchas perspectivas ¿quién responde esa pregunta? ¿Es posible que haya una definición común para todas las perspectivas? ¿Qué es más esencial en ti? ¿Ser un ser humano? ¿Ser estudiante? ¿Ser tú?

Para Aristóteles la esencia es el tipo de cosa que algo es, el género, la especie, que viene definido por la forma: una vaca, una silla. Es decir, suele considerarse que la esencia de algo viene marcada por el tipo de cosa que es (el ser un mueble para sentarse, en el caso de las sillas). Pero en ciertos momentos lo que nos importa no es tanto el tipo de cosa que algo es, sino su ser concreto e individual (p.ej. cuando tengo que devolverle una silla a mi vecino debo entregarle la qué me prestó, no cualquier silla que sirva para sentarse).

Propiedades esenciales y accidentales. En función de todo lo anterior, cuando hablamos de sustancias distinguimos entre propiedades esenciales y accidentales.

  • Propiedades esenciales. Son las que hacen que una sustancia sea lo que es. Si se pierden la sustancia se convierte en otra cosa (en una substancia diferente, p. ej. una silla deja de ser una silla de madera que se convierte en ceniza al ser destruida por el fuego).
  • Propiedades accidentales. Pueden cambiar sin que la substancia deje de ser lo que es (p.ej. el color, cuando pintamos la silla).
SUSTANCIA ESENCIA
Sentido radical de la realidad, existir, ser capaz de bastarse a sí mismo. Aquello por lo que un ser es lo que es. Lo que nos diferencia de los demás.

Unidad y pluralidad

Percibimos muchas cosas diferentes… ¿pero podemos estar seguros de que en el fondo no son más que una misma cosa? ... Quizás no son la misma cosa, pero están regidas por la misma ley. En cualquiera de estos casos estaremos defendiendo una postura monista.

Recordad lo que vimos de los primeros filósofos (presocráticos). Buscaban el primer principio que explicaba la realidad en su conjunto (arjé). Era un material, sustancia o lógica originaria a partir de la cual se explicaba todo.

Logos: el logos o razón nos permite unificar, ver que ante cosas diferentes hay un mismo principio subyacente. Ejemplo: podemos aplicar el mismo nombre a muchas cosas que, pese a ser diferentes, podemos considerar del mismo tipo.

Idealistas y materialistas

Una forma de dualismo clásico es el que dice que pensamiento y materia son los dos principios ontológicos fundamentales, y que son irreductibles entre sí, es decir: no podemos explicar de manera convincente la materia partiendo de la simple existencia del pensamiento, ni el pensamiento simplemente a partir de la materia (cf. molino de Leibniz). Pero no todos los filósofos son dualistas, ni mucho menos. Así, entre las posturas monista nos interesan sobre todo dos. Las idealistas y las materialistas.

Puede que la teoría de Kant nos resulte algo compleja y queramos simplificar las cosas diciendo que la realidad es 'todo lo que hay'. Pero todo lo que hay es todo lo que existe... y precisamente estamos intentando definir lo que es existir. Si intentamos ser materialistas y decir que todo es materia, de repente nos surge un problema: existen los átomos de nuestro cerebro, pero dentro de un esquema estrictamente materialista el pensamiento es algo que no puede definirse. Dicho de otro modo: los materialistas estrictos opinan que solo existe la materia, por lo tanto las opiniones o creencias no existen. Parece que tenemos una paradoja en nuestras manos. A veces los materialistas han intentado considerarse más realistas que los idealistas, porque hay idealistas que afirman la existencia del alma hasta el punto de que la existencia del mundo les resulta difícil de de demostrar. Un idealista parte de que nuestra existencia es ante todo ideas. Nunca salimos de nuestra mente. Todo conocimiento que tenemos del mundo se nos presenta como representaciones mentales. Gracias a los sueños parece que sabemos que hay un buen número de hechos mentales que no se corresponden con nada que esté fuera de nosotros. Eso nos hace dudar de que exista algo, podemos pensar que todo lo que vivimos es un sueño. Un sueño muy nítido y muy bien ordenado, pero un sueño. Esa postura se conoce con el nombre de solipsismo.

Idealismo 2.0.
  • Platón. Un ejemplo de filosofía idealista es la de Platón. Aunque nos dice que existen dos mundos (el material y el de las ideas), considera que uno es el más real (el de las ideas). Las cosas del mundo material solo son copias o sombras de las del mundo de las ideas (recordad la alegoría de la caverna). Para explicar mejor la relación que hay entre las ideas y las cosas Platón recurre a la idea de participación, la cual explica con el mito del demiurgo (una especie de Dios que da forma a una materia amorfa original siguiendo el modelo de las ideas).
  • Berkeley. Lo único que tenemos son percepciones, sin que podamos afirmar nada de la existencia del mundo.

Materialismo. El materialismo considera que el único principio explicativo de la realidad es la materia. El filósofo materialista parece querer evitar la necesidad de inventar supuestos improbables. Nuestro pensamiento comienza con nuestro cuerpo. Nosotros, desde dentro podemos alimentar la fantasía contraria, que nuestro cuerpo es el fruto de nuestro pensamiento. Pero el orden social está ahí. Quienes nos han visto crecer saben que ese nuestro pensamiento ha surgido del cuerpo. Pero pese a ello hay algo que no cuadra. Por qué la materia da lugar al pensamiento. Si lo que existe originariamente en el mundo es la simple materia, el surgimiento de un pensamiento ordenado de la misma parece una posibilidad monstruosa. La materia no es consciente, es meramente pasiva, y sin embargo de la obediencia ciega a las leyes que la ordenan surge el pensamiento. Si de la materia surge el pensamiento, nos tenemos que preguntar qué puede surgir del pensamiento mismo. Bataille nos dice que la idea de materia es similar a la de Dios, intentamos con ella responder una pregunta que es en sí misma idealista, la pregunta por la esencia de las cosas [CS:29]. En un mundo plenamente material no hay esencias, la esencia es algo que la mente pone sobre los hechos meramente materiales.

  • Descartes. El libro de texto nos habla de Descartes como una metafísica espiritualista por el papel que dentro de la misma juega Dios y el alma. En principio, Descartes es dualista, nos habla de una sustancia material (res extensa) y de una sustancia pensante (res cogitans). Pero no olvidemos que Descartes es uno de los padres del mecanicismo moderno, una postura muy materialista.

Concluyamos osadamente que el hombre es una máquina, y que en todo el universo no existe más que una sola sustancia diversamente modificada. [La Mettrie, El hombre máquina]

Realidad y apariencia

¿Pueden nuestra visión del mundo estar marcada por ilusiones?

https://www.youtube.com/watch?v=W_5wpPxCcyw

Todos conocemos alguna ilusión óptica. Generalmente las ilusiones ópticas suelen asociarse a la forma en la que nuestro cerebro interpreta  las impresiones que recibe de los sentidos. Hay muchos tipos de ilusiones ópticas. Una de ellas es la de la ventana de Ames. Se supone que se produce porque nuestro cerebro interpreta automáticamente ciertas señales relacionadas con la perspectiva. La cartulina giratoria logra engañar nuestros sentidos. Algo similar ocurre con ciertas ilustraciones de Escher:

Lo que ocurre con muchas de las ilustraciones de Escher es que producen efectos contradictorios. La parte derecha de la imagen anterior parece haber sido trazada como vista desde abajo, mientras que la de la izquierda parece haber sido dibujada como si fuese vista desde arriba. Nuestro cerebro se encuentra perplejo,  pues es incapaz de construir una interpretación coherente de lo que ve.

En este caso tenemos la ilustración de alguien que ve un cuadro. En el cuadro hay un barco y una ciudad en la que está la misma galería en la que se encuentra el espectador de ese cuadro.

En la vida diaria no son frecuentes las ilusiones de este tipo. Parece que las cosas están más claras. La realidad parece que no ha sido diseñada para engañarnos... Esto resulta más o menos obvio en lo que respecta a las cuestiones 'visuales'. Raramente nos confundimos a la hora de diferenciar nociones contrapuestas como dentro-fuera o arriba-abajo.

Sin embargo la realidad humana dista mucho de ser algo tan sencillo. Tenemos parejas de conceptos contrarios que muchas veces se nos presentan unidas en una misma situación. Hay situaciones en las que lo bueno y lo malo se nos presentan de tal modo que nos resulta imposible decidirnos. A veces, por ejemplo, nos es imposible saber si algo está bien o mal. También hay veces que el placer viene acompañado de dolor y viceversa. ¿Cómo hace nuestro cerebro para guiarnos en dichas situaciones? Tenemos, de entrada, dos respuestas posibles:

  1. El cerebro se decanta por una de las dos situaciones posibles, pues necesita resolver esa ambigüedad para ser capaz de tomar decisiones. Quedándonos en la ambigüedad corremos el riesgo de ser seres pasivos que prefieren dudar a actuar.
  2. El cerebro no necesita decantarse. El ser humano sabe vivir con esa ambigüedad, y algunos consideran que esa ambigüedad es una de las cosas que hacen que la vida merezca la pena vivirse.

Es probable que entre esas dos opciones existan muchas otras intermedias. En este punto solamente nos queda añadir un elemento de reflexión. ¿Recordáis el experimento de Asch? Los seres humanos tendemos a sumarnos a la opinión del grupo incluso cuando es algo que contradice lo que percibimos más claramente... Si esto ocurre con lo que parece claro ¿qué crees que puede ocurrir en los casos en los que las cosas son más ambiguas?  `

¿Cambio o permanencia?

Lo que nos entra por los sentidos es siempre fugaz. Esa fugacidad a veces nos hace pensar que se trata de una especie de sueño o ilusión. Creemos que lo que existe de verdad debe tener un grado de permanencia mayor, pero esas cosas que permanecen de verdad rara vez son visibles. Hasta las rocas envejecen. El paisaje cambia. El universo está en un proceso de evolución en el que apenas podemos determinar cuáles son los puntos de referencia fijos.

Piensa. ¿Son las leyes de la naturaleza invariables? Suponemos que sí, pero... ¿podemos estar seguros de ello?

Heráclito Parménides
La realidad es devenir La realidad (el ser) es inmóvil, estable, permanente
Pero los cambios están regulados por el logos (razón) También confía en la razón (camino de la verdad)
Lucha de contrarios, contradicciones El cambio es ilusión

Recordad la paradoja de Zenón sobre la imposibilidad del cambio, porque el movimiento, según Zenón, si lo analizamos bien, resulta ser algo absurdo sobre lo cual no cabe un conocimiento fiable, sino solamente opiniones:

Fuente: Wikipedia

La nada, el vacío

Página 109 del libro

¿Qué es la nada? ¿Puede decirse que la nada existe de alguna manera? Hay quien dice que la nada es un componente esencial de la realidad, algo activo, no meramente el vacío en el que antes se creía que existían los cuerpos o las partículas.

El cero. El cero es una especie de representación matemática de la nada. Hoy en día puede parecernos imprescindible, pero en Europa no se incorporó plenamente hasta el siglo XIII.

La nada y la libertad. En términos más metafísicos que físicos, los filósofos existencialistas consideran que la vida humana no tiene un fundamento definido, que se asienta sobre la nada o el vacío. Eso por un lado lo relacionan con la angustia, pero también estaría relacionado con nuestra propia libertad. Cuando no hay un fundamento somos nosotros los encargados de fundar el sentido de nuestra vida.

La nada absoluta. Para los filósofos orientales la nada o el vacío también han sido conceptos importantes. La doctrina de la vacuidad (śūnyatā) del budismo Mahāyāna cree que ningún ser tiene ninguna entidad por sí mismo, que lo único que hay son relaciones. Pero la práctica budista, además de ser muy diversa, presenta muchos matices. En algunos casos distinguen la ‘nada’ de la ‘nada absoluta’. La primera es la que coincide con nuestra idea de vacío, de ausencia de pensamiento o de seres… pero la ‘nada absoluta’ implica también la necesidad de negar esa nada mundana. Es uno de los conceptos más abstractos que pueden concebirse, y de alguna manera implica algo que es y no es al mismo tiempo o algo que está más allá del ser y el no ser.

No-actuar. Otra de las doctrinas orientales que tienen cierta relación con la nada sería el taoísmo. Dentro del taoísmo una noción que tiene particular importancia es la de no-acción o no-actuar (wu wei). Se trata, también, de una noción muy profunda, no carente de ambigüedades. No implica que uno tenga que abandonarse al dolce far niente(a la placidez de no hacer nada): «como no actúa, nada hay que deje de hacer», dice el Tao Te ching.

¿Hay Dios? ¿Debe importarnos?

Conceptos clave. Teología. Agnosticismo. Argumento ontológico. Opio del pueblo. Muerte de Dios.

Uno de los temas más enigmáticos y apasionantes en filosofía ha sido el tema de Dios. Se trata de un concepto que se ha asociado frecuentemente a la disciplina impuesta por las religiones, es decir, a su rigidez moral y su inclinación anticientífica. Pero desde el punto de vista de la filosofía Dios es algo más que una superstición.

Las demostraciones de la existencia de Dios

El ser humano ha intentado, desde los orígenes de la filosofía, obtener una demostración que le asegure la existencia de un ser perfecto, un creador del universo, una razón que llene los grandes enigmas acerca del mundo que, sin tal ser omnipotente, estarían destinados a quedar son resolver para siempre.

Pero las demostraciones de la existencia de Dios son siempre fallidas. No hay un argumento perfecto que nos proporcione una certeza absoluta. Sin embargo es interesante conocerlas dada la riqueza filosófica de los argumentos. Veamos algunas de ellas:

Argumento ontológico. Es una demostración a priori (que no precisa de la experiencia). Va de la causa al efecto. Como Dios es lo más perfecto (no le falta nada) y como se considera que la existencia es una característica de la perfección, se considera que decir que Dios no existe es contradictorio.

Cinco vías de Tomás de Aquino. Son pruebas a posteriori. Van de los efectos hacia la causa. Es decir, parten de un hecho observado que, junto con unos principios metafísicos (relacionados con la causa) que se asumen como evidentes, termina exigiendo la existencia de Dios.

Una de los argumentos habituales para defender la existencia de Dios dice que Dios es necesario para explicar el orden del mundo. ¿Se te ocurre alguna manera de negar o refutar este argumento?

Prueba de Descartes. Descartes considera que si Dios no existiese no podríamos tener la idea de Dios en nuestra mente. Como somos seres finitos y el propio mundo es algo finito, Descartes considera que es necesaria una causa proporcional al efecto: solo Dios, como ser infinito, puede poner la idea de algo infinito en nuestra mente. Dios, como es bueno, nos garantiza que el mundo existe y que es posible conocerlo. Dios es el fundamento de la evidencia que nos exige la primera regla de su método para encontrar conocimientos irrefutables.

Posturas críticas

Hume y Kant son dos autores que niegan la posibilidad de demostrar la existencia de Dios. El conocimiento, para ambos, debe partir de la experiencia, y si no hay nada en la experiencia que nos diga nada de Dios no es posible considerar demostrada la posibilidad de su existencia.

Los filósofos de la sospecha

Marx: considera que la alienación religiosa es la consecuencia de la ideología que nos impone el sistema capitalista. La religión es el opio del pueblo, porque es el consuelo y esperanza que le hace soportar las penalidades del sistema económico.

Nietzsche: Realiza una crítica que tiene ciertos puntos en común. La religión para Nietzsche está en contra de la vida, pues implica una actitud de renuncia ante los propios intereses. Así ha sido durante siglos, aunque se da cuenta de que los ideales religios están declinando en su época (el siglo XIX). Por eso Nietzsche habla de la muerte de Dios. Con esa idea quiere decir que el valor de nuestra vida ya no puede venir dado por ningún ideal externo a nosotros que nos empuje a llevar una vida de esclavos. La moral de esclavos propia de la religión deberá ser sustituida por una moral de señores que valores plenamente los valores que emanan de la propia vida.